Hay temores que en vez de paralizar, potencian. Cuando la periodista Mari Montes empezó a trabajar como anunciadora de béisbol en el estadio universitario de Caracas, el miedo le desató los nervios. Eso le costó varios errores que fue superando gracias a su entereza, pero sobre todo, a que sabía escuchar, corregirse, aprender. En sus labores para la prensa escrita y radial en Venezuela debió lidiar también con el temor de ser incomprendida por algunos peloteros, colegas y fanáticos a quienes les resultaba incómoda la presencia de una mujer en el dugout, en el terreno de juego, entre los comentaristas de béisbol…, espacios “supuestamente” propios de la masculinidad. Sin embargo, su profesionalismo pronto le granjeó el respeto en el medio deportivo. Por lo visto, Mari Montes no cree en miedos insuperables. Los domina mediante una sola estrategia: la preparación. Mientras más explora el área que la ocupa, los temores se van ponchando uno a uno, vencidos por el brazo imbatible del estudio. “Lo importante del miedo es superarlo: apoyarse en los amigos, en la familia y en el conocimiento”, señala quien durante más de veinte años ha hecho de su oficio una pasión competente, invicta ante los temores.
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